Pautas para revalorizar un espacio

Dicho esto, vamos a matizar este planteamiento ortodoxo.  Un producto o servicio no se mide por su precio sino por su rentabilidad.  Este planteamiento se contrapone con la mentalidad arcaica e ilusoria de cierta parte del mercado hostelero que sigue exigiendo la clásica fórmula de las tres B (bueno, bonito y barato), añadiéndole la palabra rapidez, o mejor dicho “para ayer”.  Olvidándose de mirar a largo plazo, en ocasiones, pecan de intentar amortizar los costes a corto plazo, obviando así el verdadero valor de los productos.

El resultado no llega de un día para otro, la espera es un factor a tener en cuenta para obtener un porcentaje de éxito más elevado. Si se acepta la espera, el producto puede ofrecer una mayor calidad. No hay que tener prisa, simplemente ser previsor y consciente de que toda buena elaboración requiere de un tiempo justo y determinado. El valor es lo que decreta el precio y el tiempo.

Una vez aclarado la mentalidad en cómo se debería afrontar el asunto, vamos a pasar al procedimiento de cómo se puede revalorizar un espacio.  En primer lugar se tiene que comprender la necesidad del cambio (porque debemos cambiar y como debemos cambiar). Una ayuda imprescindible es la colaboración de todas las partes implicadas, es decir, trabajo en equipo.  Es importante dejarte asesorar y compartir el conocimiento, si no la obra puede perder valor. Con esto digerido, se tiene que realizar un análisis profundo que responda a la pregunta “¿Qué quiere mi público objetivo que yo le ofrezca?”.

¿Qué quiere mi público objetivo que yo le ofrezca?

Siempre teniendo como premisa “el estudio del mercado es algo incesante y persistente”,  se tiene que saber cuáles son los objetivos que se quieren conseguir (Es aconsejable que la compañía tome la decisión estratégica de apoyarse en la creatividad interna o externa). Posteriormente se estudia una serie de alternativas posibles y no limitarse a una sola,  por decreto de la economía y del tiempo, porque seguramente será la que menos perdure.  Con la elección correcta se busca las ubicaciones en el espacio. Se hace un estudio de la zona, se piensa en el cliente y en las nuevas tendencias,  y se determina que elemento corresponde a cada sitio, haciendo hincapié en el factor inimitable. Por último se proyecta y se dibuja lo que a la postre suscitará el interés de nuestro público objetivo.  Recordar que todo departamento, sea el de diseño grafico o el de marketing, es recomendable que trabajen conjuntamente. El debate público puede aportar mejoras.  Muy importante son las correcciones, pues pueden aportar al proyecto más precisión y determinación. Ahora solo queda la construcción del proyecto.

A partir de aquí se puede ofrecer algo diferente, elaborado y atractivo.  La respuesta a todas las necesidades de vuestro público objetivo se encuentran en el conocimiento racional. Tenemos que ser pacientes, valientes, intentar mirar siempre a largo plazo y sobre todo construir mundos.

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